Las mudanzas de verano se llevan la palma en cuanto a número de mudanzas en Estados Unidos. Se calcula que entre mayo y agosto se producen en el país el 60% de todas las mudanzas, es decir, unos 15,3 millones de un total de 28 millones. No, en serio… 15,3 millones.
Además del buen tiempo y de que el verano es una estación muy social, es un buen momento para mudarse porque los niños ya no estarán en el colegio y habrá menos problemas para adaptarse a sus horarios. Los horarios laborales también suelen relajarse, y suele haber más opciones de vivienda en el mercado. Eso no quiere decir que el verano sea el mejor momento para mudarse; aún hay mucho que tener en cuenta.
Así que siéntese y eche un vistazo a los puntos clave (en negrita) de nuestra pequeña guía para mudarse en verano.
¿Cuántas veces ha oído la palabra «preparación» cuando se trata de una mudanza? Seguramente muchas. Pero hay una razón detrás. Organizar las cosas antes de la mudanza puede ahorrarle tiempo, dinero, estrés y un posible quebradero de cabeza. Empieza por ser consciente antes de prepararte.
Date espacio
Si piensa mudarse en verano (o en cualquier otro momento), lo más importante que debe tener en cuenta es también lo más sencillo: Reserva tiempo suficiente para prepararte.
La planificación y la preparación son fundamentales en cualquier situación, incluso en caso de emergencia, y lo mismo ocurre cuando se trata de un gran acontecimiento como una mudanza.
Si se traslada con poca antelación, concéntrese en adónde va y cómo llega. El resto vendrá después.
Tiempos más largos, tarifas más altas
Cuando suban las temperaturas estivales, te cobrarán más. Con la llegada del buen tiempo, el fin de los contratos de alquiler, la temporada alta en el sector inmobiliario y tanta gente mudándose (¿recuerda esos 15,3 millones?), los costes suben exponencialmente.
Establecer el calendario
Si puede planificarlo con uno o dos meses de antelación, ¡hágalo! Utiliza todo el tiempo que seas capaz de darte. Si es un mes, planifica durante ese tiempo, y si es una semana, aprovéchalo. Evita desplazarte en fines de semana festivos o en torno a ellos.
- Documente su inventario doméstico: utilizar recursos como una lista de comprobación, una hoja de cálculo o una herramienta de gestión de inventarios puede ayudarle a mantenerse organizado antes de empaquetar todo. Esta lista de artículos puede ayudarle a empezar: Creación de un inventario de mudanzas
- Purga lo que no te da alegría (o lo que no usas) – Antes o después de empezar a documentar tus pertenencias, es un buen momento para consolidar y separar lo que hay que tirar, las donaciones y las cosas que podrías vender en el mercado de Facebook o en una venta de garaje. Guarda las sábanas o mantas viejas para el equipaje, pero todo lo demás es juego limpio. Una buena regla es que si no lo has usado en un año y no tienes planes inmediatos de usarlo, regálalo o dónalo. Si ya no te produce alegría, quizá sea el momento de deshacerte de él. El alivio que sentirá cuando empiece a hacer las maletas será considerable.
- Seguro de mudanza – Normalmente nos centramos en tener un seguro para nuestras casas y coches, pero no siempre es lo que se nos pasa por la cabeza cuando se trata de una mudanza. Es una seguridad añadida para cualquier cosa que se dañe, se pierda o se rompa, así que considera tener esto como copia de seguridad.
- Consigue un trastero – Después de haber consolidado y documentado, y si aún te das cuenta de que estás guardando recuerdos o cosas que no vas a necesitar de inmediato en tu nuevo hogar, considera la posibilidad de conseguir un trastero. En uno de tamaño pequeño o mediano caben más cosas de las que imaginas y valdría la pena pagarlo para mantener a salvo algunos de tus objetos durante la mudanza o incluso durante algún tiempo después, hasta que hayas desembalado y reorganizado.
- Cajas, cajas y más cajas – Sí, tener un exceso de cajas suena ridículo. Pero a la larga, te agradecerás haber tenido la previsión de asegurarte de que hay suficiente. Mejor tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo. Las tiendas de comestibles, Home Depot, Uhaul, Lowes e incluso las tiendas de dólar las tienen. Durante el viaje, es una buena costumbre comprar cinta de embalar, plástico de burbujas o cacahuetes, rotuladores negros y etiquetas preimpresas para ahorrar tiempo y esfuerzo.
- Programe su camión o empresa de mudanzas – Reservar un camión o una empresa de mudanzas con antelación puede ahorrarle un disgusto cuando se acerque la fecha de la mudanza. Lo mejor es un mes de antelación, pero como mínimo dos semanas. Cuando lleguen, mantén una actitud cortés y respetuosa, ofrece agua si es posible y presta atención si tienen preguntas.
- Cambio de dirección – Prepare su formulario de cambio de dirección y envíelo a USPS justo antes o después de la mudanza. Asegúrese de que sus proveedores de seguros, servicios públicos, Internet, médicos, lugar de trabajo, bancos, tarjetas de crédito, prestaciones o seguridad social, el DMV y cualquier suscripción que tenga también estén actualizados.
- Empiece a empaquetar – Ahora viene lo más pesado. Empiece con lo que no vaya a utilizar o necesitar hasta la última semana de la mudanza. Téngalos en cuenta a medida que avanza:
Envuelve los objetos delicados con cuidado y con mucho relleno.
El papel de periódico es estupendo enrollado alrededor de tazas y cuencos.
El plástico de burbujas funciona bien para la madera, los objetos frágiles y los aparatos electrónicos.
Las mantas y sábanas gruesas viejas sin usar evitan manchas o rozaduras en los colchones y daños en los muebles pesados.
Los aparatos electrónicos deben guardarse en un lugar seguro y separados del resto de objetos.
Reserve una bolsa de artículos esenciales por persona y por mascota.
Prepare, según sea necesario, recipientes para alimentos, neveras y bolsas de temperatura segura para trasladar comestibles y artículos medicinales.
Marque y etiquete las cajas según corresponda, por habitación o categoría de cosas que contengan.
- Compre menos productos perecederos – A medida que se acerque la fecha de la mudanza, intente gastar menos en productos perecederos y comestibles que necesiten refrigeración. Si es posible, come y bebe todo lo que caduque cerca de la fecha de la mudanza y ten a mano tentempiés y agua el día de la mudanza. La preparación de comidas es increíblemente útil y puede ahorrarte una semana de compras, preparación de comidas y estrés.
- Encienda el aire acondicionado: el día antes de la fecha de la mudanza, llame a la compañía eléctrica que le suministra el aire acondicionado y pídales que lo enciendan. Esto dará tiempo a que el espacio se enfríe para cuando llegues tú (y, si tienes, los de la mudanza).
Tienes todos tus planes preparados y sólidos. Te has preparado hasta que ya no puedes más. Es el día de la gran mudanza. ¿Y ahora qué?
Sus pasos más importantes para que el día vaya sobre ruedas:
- Hidrátate: ten a mano abundante agua fría o a temperatura ambiente.
- Comience temprano: combata el calor y programe el despertador para comenzar a primera hora de la mañana, si es posible.
- Vístete cómodamente – y con ropa vieja… ¡prepárate para ensuciarte! Tenga un recipiente grande de toallitas cerca
- FPS, abanicos y neveras portátiles: los abanicos a pilas, la crema solar y las neveras portátiles con hielo son salvavidas.
- Seguridad para mascotas y niños: mantenga a sus mascotas y niños pequeños separados del caos de la mudanza.
- Precauciones técnicas: empaquete y transporte los aparatos electrónicos en último lugar, si es posible, pero bien envueltos y acolchados.
- Y… ¡empieza a moverte!
Mudarse es una hazaña enorme, no importa si tienes meses para planearlo u horas. Sea cual sea el plazo del que dispongas, sigue estos consejos y haz que funcionen para ti.
Priorizar en el momento puede superar a planificar si lo haces bien y tienes que hacerlo realidad: cuida de ti mismo en primer lugar, luego de tus seres queridos y, lo más importante, respira. Puedes superar cualquier cosa.